La vida de las cosas nuevas

lunes, 24 de marzo de 2008

Yo soy de esa clase de personas que cada vez que esta ansioso por estrenar algo nuevo, viene en mal estado, roto, pinchado, quemado, rayado, vencido o sin el tornillo mas importante que ensambla toda la estructura.

Esperar la compra de mi bicicleta cuando tenía 9 años era el equivalente de esperar el Auto Descapotable para cualquiera de mis amigos de hoy en día, o la cartera más importada y cara del mercado para cualquiera de mis amigas. Cuando por fin entro por mi puerta llegó con las gomas podridas, y como vivía en un maldito pueblo -sin nada a 50 kilómetros de distancia- tuve que esperar una semana para por fin poder estrenarla. Recuerdo mirarla durante largas tardes sólo imaginándome las cientos de aventuras que iba a vivir con mi nueva bicicleta.

Cuando cambiamos del Atari al Colleco Vision en los 80s, vine mirando la caja todo el viaje, imaginaba los juegos dibujados en la caja. Cuando por fin llegamos, los Cartuchos estaban quemados. Y a mediados de los ochentas solo había cartuchos en Buenos Aires. Claro, tuvimos que esperar 4 meses para por fin poder jugar. Gran Parte de los trastornos de mi vida son una proyección de esos cuatro meses de espera.

Mi vida de las cosas nuevas cuando era niño en los ochentas no fue diferente.
Aquí la primera VHS que compramos en los 80s llegó con el cabezal sucio y no se pudo ver películas. La primera portátil llegó con la batería dañada, la campera sin el cierre, y lo peor... Ese sábado a la tarde de la década de los 80s la Pileta Pelopincho llegó sin un esquinero. ¡Qué tragedia!. Cuando tenés 8 años y te hace mucho calor y estás mentalizado que están armando la nueva "Píle" y el ensamblado se paraliza hasta la semana siguiente porque falta un esquinero, simplemente: No hay explicación y consuelo.

Mi vida de las cosas nuevas es vivir en la inquebrantable desventura mecánica, la constante miseria técnica de objeto faltante.

Como si todo estuviera preparado uno se queda mirando a los costados esperando al Dinosaurio Bernardo que va a gritar “Broma para VideoMatch”.

La probabilidad de postergación del objeto nuevo es directamente proporcional a las ganas de utilizarlo que uno tiene, es decir, cuanto uno más ganas tiene de estrenarlo, más probabilidades hay de que venga averiado, incompleto, etc. Creo que por eso se sufre más en la niñez, pero también se sufre siendo viejo.

Esta semana me llamó mi padre para contarme que se compró una computadora muy costosa y cuando la enchufó, tenía mal el voltaje, inmediatamente explotó. Tardaron 3 semanas en enviarle una nueva, cuando finalmente la tuvo, Internet se cortó durante otra semana. Ahí tienen: La vida de las cosas nuevas es "Hereditaria", es ese tipo de desgracias que se transmiten de padre a hijo, como la calvicie.

A ustedes les pasa lo mismo con la vida de SUS cosas nuevas?.


8 comentarios:

Gaby (poco dulce) dijo...

Donde carajos vivías?? Yo tambien vivo en un pueblo, pero no así, ni siquiera en los 80!!

Anónimo dijo...

ajajjaj en un pueblo del interior de Tucuman, soy tucumano....

vos?

Gaby (poco dulce) dijo...

Soy de Santa Fé, al sur. A 80 km de Rosario

Anónimo dijo...

bueee, no estamos taaaaaan lejos!! :P
pero me intriga tu inestabilidad emocional

quisiera saber mas..... agregame al msn =p

Gaby (poco dulce) dijo...

uy eso es largo, y fui contando un poco en cada coment q deje. pero la verdad estaria bueno hablar con alguien como vos, intekigente diriamos? ya te agrego, y te mando un mail con mi mail a tu mail, ja

Anónimo dijo...

jajajaja no, la verdad es que jamas me paso algo tan tragico, pero si siempre me pasaba que me faltaba el adaptador, el transformador o el enchufe y tenia que esperar un dia mas para poder usar mis regalos !!

Gaby Gil dijo...

jaja si, aunque no vivia/vivo en un pueblo, desde niña me pasan cosas similares, es horribleee!

De hecho cada vez que compro algo siento miedo, ¡pánico! y mientras abro la caja, bolsa o empaque, mi corazon late super fuertee.

E1000luz dijo...

La verdad es que no me acuerdo haber sufrido por alguna "cosa nueva"... Creo que es suerte.
Pero lo que contas, yo lo vivi con una amiga de mi hermana: compramos el mismo arbolito de navidad el mismo dia, en el mismo lugar, con las mismas cosas, las mismas luces, y el de ella tenia un monton de fallos...
Creer o reventar...

Suerte con tus cosas nuevas...

BEsos.-