Luciana Salazar

Hace algunas mañanas me desperté como siempre con el televisor y cuando quize apagarlo tiré el control remoto y la pila rodó lo suficientemente lejos como para que mi flojera matinal no me permitiera ir a buscarla.
Tuve que comerme, si o si, la biografía de Luciana Salazar en estos patéticos programas de cable de la mañana.
Pareciera que su biografía está contada perfectamente al revés. No se gasten en intentar mirarla, se la resumo:
Luciana llegó al mundo para tener todo lo que cualquier mujer quiere tener: belleza, fama y fortuna.
El destino la hizo nacer en una familia cargada de respeto, fama e historia. Al verla tan pequeña cualquiera hubiera pensado que terminaría siendo una gran estrella como actriz consagrada en las películas argentinas junto a Ricardo Darin, Cecilia Roth, y demás actores de prestigio.
Sin embargo, por algún motivo desconocido, ella decidió dejar todo eso de lado, aumento su "medida busteal", se trincó a Luís Miguel y sacó turno en algún programa de chimentos para convertirse en la "tetona petera" que todos conocemos hoy.
Igual le doy… Sabélo.

Confusión

Era de noche. Tenía hambre. No sabía que comer y recordé tener el teléfono de un bar donde hacían unas milanesas geniales.
No recordaba como lo tenía anotado en mi agenda telefónica. Encontré un número al lado de la palabra “mila” y sin dudarlo, marqué. Cuando atendió una piba le pedí la milanesa más especial y completa que se pudieran imaginar. Al escuchar mi sofisticado pedido “Mila” respondió:¿De que hablás flaco? Soy tu amiga Milagros.
Resultó que “Mila” es el teléfono de la fashionista Milagros y no del bar de las milanesas.
Sin palabras. Ya no doy gracia.